Los cascos de esquí y snow tienen una de las funciones más importantes al realizar deportes de invierno en la nieve.
Protege nuestra cabeza y permite que realicemos estas actividades, que tanto nos gustan, con total tranquilidad y seguridad.
Además del casco de esquí, si queremos protegernos más, tenemos la opción de comprar protecciones de esquí.
Aunque el uso del casco para esquiar o practicar snowboard no es obligatorio, su uso es muy recomendable para evitar lesiones graves.
A continuación vamos a ver unos consejos para elegir un casco de esquí:
Es muy importante que se ajuste bien a la cabeza y para ello podemos medir la circunferencia de nuestra cabeza por encima de las cejas con una cita métrica.
Una vez tenemos la medida, podemos mirar la guía de tallas del casco para elegir el adecuado.
Casi todos los cascos son ajustables entre 0 y 5 centímetros.
Para regular el tamaño del casco hay varios sistemas:
Es el más común de los sistemas de ajustes de cascos para esquiar.
Es muy fácil de ajustar en cualquier momento
Es muy parecido al sistema de rueda giratoria.
La diferencia, es que con este sistema también puedes regular la posición del casco en tu cara.
Sistema de ajuste de Salomon.
Consiste en pequeño cojines de aire en el interior del casco que se pueden hinchar más o menos.
Al no usar casco siempre, es importante este detalle ya que mucho peso nos puede incomodar.
Un caso de esquí que pese poco es de menos de 400 gramos.
Es importante que un casco este bien ventilado.
Cuando esquiamos sudamos y es importante que ese sudor de la cabeza salga fuera.
Un buen casco de esquí tendrá varias ventilaciones ajustables a nuestro gusto.
Un caso de esquí con las gafas incluidas, se llama visera, es más pesado que un casco sin visera.
Si prefieres un casco sin visera, es importante que lleves tus gafas para ver que encajan bien en el casco.
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